Aliento

Aliento es mi segundo disco, hijo amado, hermano de 'Non Stop', en el que había musicalizado poemas de mujeres de Latinoamérica en el año 2006 bajo la dirección musical de Mariano Fernández.
Las primeras canciones de Aliento llegaron casi como jugando: me sentaba al piano y empezaba a armonizar algún poema de los que venía escribiendo en los últimos años y descubrí que me encantaba ponerle música a mi propias letras. En realidad no puedo concebir la composición musical sin el sustrato de un poema, ya que la palabra me inspira absolutamente a la hora de componer.
La palabra tiene  sonido,  ritmo,  imagen y emoción, elementos que, son para mí fundamentales para encontrar una melodía y una armonía y así llegar a la canción.
El uso de los ritmos latinoamericanos fue también surgiendo espontáneamente, pero Mariano Fernández, alma pater de este disco, me fue ayudando a darle una forma más ajustada al material y arregló los temas con una creatividad y una calidad musical que aún hoy me sorprende y maravilla.
La palabra Aliento tiene varias interpretaciones: una de ellas es la del aire como elemento vital, que da origen al sonido y a la voz que nos identifica, valorando así nuestro ser único e irrepetible. A esa voz le canto en el primer tema del disco, ¿Donde está la voz que canta?, sobre una base que fluctúa entre el festejo peruano y la chacarera.
Otro concepto de la palabra aliento es el que está ligado a la necesidad de sostener la esperanza frente a la violencia que a diario termina con la vida de miles de inocentes. La esperanza como sostén de la lucha en defensa de los oprimidos, está reflejada en el poema que dio origen al nombre del disco.
  
Hombre de río es una típica guarania, acompañada por el maravilloso acordeón de Javier Acevedo y Nosotras es un aire de chacarera en el que describo todos los personajes que conviven en nuestra aparente unidad. La canté a dúo con Marina Santillán, compositora joven, de voz expresivísima, que colaboró en los arreglos vocales.

Conocí hace años a los cantos de Lola gracias a los trabajos de la antropóloga Anne Chapman sobre los selk'nam (onas) de Tierra del Fuego. Me impactaron de tal modo, que debí esperar mucho tiempo hasta poder hacer de esa emoción un homenaje a esa artista increíble que fue Lola Kiepja, última chamán selk'nam, pueblo del que ya no queda ningún sobreviviente. El arte de tapa, precisamente, está basado en las pinturas que los selk'nam usaban en el Hain, una estremecedora ceremonia de iniciación y es mi modo de rescatar del olvido culturas cuya riqueza, estoy convencida, debemos valorar y dar a conocer.

La zamba Hermógenes Cayo, el imaginero de la Puna fue escrita luego de haber visto el film de Jorge Prelorán, director argentino exiliado en Estados Unidos durante la dictadura militar, que filmaba personajes anónimos de lugares remotos de nuestro país. Prelorán falleció en 2009 y no pude acercarle mi canción, pero tuve la dicha de haber recibido un emocionado reconocimiento de su esposa, Mabel.

 García Lorca y una noche estrellada de invierno inspiraron uno de los temas que más quiero, El secreto, que paradójicamente tiene un clima absolutamente tropical dado por una percusión con reminiscencias africanas, sobre la que Guille Rozenthuler aportó las sorprendentes posibilidades tímbricas de su voz.

Hay dos temas con piano y voz: 'Mutaciones' y 'Cuestión de piel'.
En Cuestión de piel se mezclan armonías impresionistas y melodías precolombinas, culminando con una voz muy aguda al estilo de un canto muy ancestral de origen andino.
Mutaciones salió de un tirón, supongo porque me gusta mucho ese poema que narra el amor de una mujer por un pez y su sacrificio para que él mute a humano. Tiene un estilo que me recuerda a compositores como López Bouchardo y Guastavino, cuyas canciones canté y amé cursando el profesorado de canto en el Conservatorio Juan José Castro.

Por último, en los dos temas finales del disco es más evidente el uso de sonidos electrónicos. Mi nombre, una canción de amor que empieza burlona, tomando algunas frases de la bellísima 'El día que me quieras' y No saben, un aire chacareroso en el que reflexiono sobre la ignorancia respecto de la existencia de otras maneras de vivir, inexploradas pero posibles y en el que sobrevuela el fantasma juguetón de Violeta Parra.

Aliento es un disco que amo porque fue parido desde mi sentir más hondo y sincero.

Cecilia,  otoño de 2010